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Carta de Asís


Febrero de 2025

Principio 4. Compartir este camino, vivir la fraternidad

Número 196

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La Red Asís es una red social abierta de personas que quieren conocer o compartir la espiritualidad franciscana en su vida cotidiana.

Nuestra fragilidad es la que hace que necesitemos la comunidad. Nunca la comunidad es de los fuertes, sino de los necesitados. Y Dios entre ellos.

Tema de reflexión


Fragilidad que nos hace fuertes

Sin darnos cuenta, asociamos la fortaleza de una comunidad, una familia, un grupo de amistad a la fortaleza de las personas que la componen. Una familia fuerte se daría cuando los padres dan seguridad, o los hijos e hijas son sanos, inteligentes, trabajadores… Una comunidad será robusta cuando cada uno de sus miembros da la talla mínima. Y sin embargo lo que la realidad concreta señala no coincide del todo, ni mucho menos, con esa lógica. Hay comunidades que siendo sus miembros fuertes, sanos e inteligentes no viven la fraternidad, sino que precisamente, por ser fuertes, sanos e inteligentes, la fraternidad flaquea, cada persona va a lo suyo, hay competencia de intereses, e impera el individualismo. Y, en cambio, personas frágiles, débiles y nada brillantes son capaces de empastar una comunidad recia, acogedora y abierta.

Quizá sean justamente nuestras necesidades, nuestras dimensiones más pobres las que nos llevan a buscar la compañía de hermanos y hermanas que nos protejan, nos amparen en aquello que necesitamos. Aquello en que soy pobre y débil –dándome cuenta de ello-- hace que sea capaz de dejarme acompañar. Y precisamente esto hace posible que pueda ver al hermano, hermana también en su vulnerabilidad, en su necesidad, y poder también yo acompañarlo en su fragilidad. Y todo esto no para lamentarnos de nuestra situación y dejarnos llevar por el camino de la desesperanza, sino para poder acompañarnos más hermanados. La fraternidad se fortalece por nuestras pobrezas. El cimiento de ese cuerpo que es la comunidad es la pequeñez y la vulnerabilidad, la propia y la de cada uno de los hermanos y hermanas, la de todos nosotros.

Y Dios al fondo de este ensamblaje de pobres y necesitados. “Bienaventurados los pobres…”

Texto bíblico: 2Cor 12,7-10


Precisamente para que no me sobreestime, tengo un aguijón clavado en mi carne, un agente de Satanás encargado de abofetearme para que no me enorgullezca. He rogado tres veces al Señor para que apartara esto de mí, y otras tantas me ha dicho: “Te basta mi gracia, ya que la fuerza se pone de manifiesto en la debilidad”. Gustosamente, pues, seguiré presumiendo de mis debilidades, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Y me complazco en soportar por Cristo flaquezas, oprobios, necesidades, persecuciones y angustias, porque cuando me siento débil, entonces es cuando soy fuerte.

Espiritualidad franciscana


Los hermanos no se apropien nada para sí, ni casa, ni lugar, ni cosa alguna. Y, cual peregrinos y extranjeros en este mundo, sirviendo al Señor en pobreza y humildad, vayan por limosna confiadamente. Y no tienen por qué avergonzarse, pues el Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo.

Y donde quiera que estén y se encuentren unos con otros los hermanos, muéstrense mutuamente familiares entre sí. Y manifieste confiadamente el uno al otro su necesidad, porque si la madre nutre y ama a su hijo carnal, ¿cuánto más amorosamente debe cada uno amar y nutrir a su hermano espiritual?

Y si alguno de ellos cayera enfermo, los otros hermanos le deben servir como querrían ellos ser servidos (2R 6,1-3.7-9).

Oración


Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.
Caminaré a pie descalzo,
con el único gozo
de saber que eres mi tesoro.

Toma mis manos, hazlas acogedoras
Toma mi corazón, hazlo ardiente.
Toma mis pies, hazlos incansables.
Toma mis ojos, hazlos transparentes.
Toma mis horas grises, hazlas novedad.[...]

Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino.
Toma mis mentiras, hazlas verdad.
Toma mis muertes, hazlas vida.

Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.
Toma mi obediencia, hazla tu gozo.
Toma mi nada, haz lo que quieras.
Toma mi familia, hazla tuya.
Toma mis pecados.
Toma mis faltas de amor,
mis eternas omisiones,
mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras.

Camina, Señor, conmigo;
acércate a mis pisadas.
Hazme nuevo en la donación,
alegría en la entrega
gozo desbordante al dar la vida,
al gastarse en tu servicio.

Amén.

Epílogo de la Carta


Serás amado el día en que puedas mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afirmar su fuerza. Cesare Pavese (1908-1950) Poeta y novelista italiano.

Evangelio diario del mes de febrero de 2025


Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:

1. Mc 4,35-41 / 2. Lc 2, 22-40 / 3. Mc 5,1-20 / 4. Mc 5,21-43 / 5. Mc 6,1-6 / 6. Mc 6, 7-13 / 7. Mc 6,14-29 / 8. Mc 6, 30-34 / 9. Lc 5,1-11 / 10. Mc 6, 53-56 / 11. Mc 7, 1-13 / 12. Mc 7, 14 23 / 13. Mc 7, 24-30 / 14. Lc 10,1-9 / 15. Mc 8, 1-10 / 16. Lc 6,17.20-2 / 17. Mc 8, 11-13 / 18. Mc 8,14-21 / 19. Mc 8,22-26 / 20. Mc 8,27-33 / 21. Mc 8,34-9,1 / 22. Mt 16,13-19 / 23. Lc 6,27-38 / 24. Mc 9,14-29 / 25. Mc 9,30-37 / 26. Mc 9,38-40 / 27. Mc 9,41-50 / 28. Mc 10,1-12
La Oración del mes de febrero será el día 27 

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