Carta de Asís
Enero de 2025
Principio 3. Vida cotidiana: Hacia fuera, solidaridad
Número 195
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La Red Asís es una red social abierta de personas que quieren conocer o compartir la espiritualidad franciscana en su vida cotidiana.
Vivimos en la cultura de lo efímero. Nada hay que dure. Sin embargo, ¿no se dan pequeños gestos que tienen un valor de eternidad?
Tema de reflexión
¿Todo se perderá o nada se perderá?
Las ciencias nos hablan del cambio continuo desde los niveles más minúsculos de la materia y energía, hasta las grandes constelaciones de galaxias del universo que conocemos. Más a nuestro nivel, también vivimos en continuo cambio: cultura, política, relaciones personales, valores… Según esto, muchos dicen, y está muy extendida entre nosotros la idea de que nada permanece; y por ello todo se perderá. No es una idea nueva en el pensamiento humano, pero hay épocas en las cuales parece que este modo de pensar es la que impera.
El siguiente paso viene rápido: nada hay que tenga valor de eternidad. Según esto, todo pierde peso y consistencia. Eso de amor eterno, vida eterna, justicia para siempre… no serían más que sueños de estos seres humanos que se creen el centro del universo, pero que ellos mismos están de paso de la nada hacia la nada.
Sin embargo, nuestras vidas concretas, si nos fijamos con atención, están marcadas por otro tipo de funcionamiento. Lo que de verdad nos hace vivir de un modo u otro, lo que nos hace tomar un rumbo u otro, no son modelos de pensamiento, sino acontecimientos totalmente frágiles y perecederos que, sin embargo, nos marcan para siempre. Un encuentro con alguien entrañable, un disgusto imprevisible, el amor de mi vida, la indignación producida por una injusticia, el estremecimiento ante la inmensidad del universo o el volar de un insecto… pueden hacer, y de hecho hacen, tomar decisiones vitales que determinan toda la historia de una persona.
Dice un filósofo: “Todo se perderá, pero casi seguro que el grosor invisible de un acto de generosidad supera al del manto de la Tierra. (...) Todo se perderá pero, de algún modo, cuenta más que una persona ayuda a otra que mil galaxias desaparezcan del firmamento”.
Texto evangélico: Mt 10,40-42
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo recibirá recompensa de justo; y quien dé un vaso de agua a uno de estos pequeños por ser discípulo mío os aseguro que no se quedará sin recompensa.
Espiritualidad franciscana
En cambio, ¡oh cuán dichosos y benditos son los que aman a Dios y hacen lo que dice el Señor mismo en el Evangelio: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con toda la mente y a tu prójimo como a ti mismo.
Demos, pues, los frutos propios de la penitencia. Y amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Y si alguno no quiere amarlos como a sí mismo, al menos no les haga mal, sino hágales el bien.
Tengamos, por tanto, caridad y humildad; y demos limosna, porque ésta limpia en las almas las manchas del pecado. Pues los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo, pero llevan consigo la recompensa de la caridad y las limosnas que hicieron, por las que recibirán del Señor premio y digna remuneración.
Y sobre todo aquellos y aquellas que hagan estas cosas y perseveren hasta el fin, reposará el Espíritu del Señor y hará en ellos habitación y morada. Y serán hijos del Padre celestial cuyas obras realizan (2CtaF 18.25-27.30-31.48-49)
Oración
Y entonces Dios me mostró una cosa pequeña,
que cabía en la palma de mi mano,
algo redondo como una bolita,
no más grande que una avellana.
La contemplé,
tratando de descifrar qué podía ser.
Y Dios me dijo:
“Esta es toda la creación.”
Yo estaba asombrada de que pudiera durar
y que no se desintegrara repentinamente,
haciéndose nada pues era tan pequeña.
Y otra vez Dios me habló en mi entendimiento:
“perdura, tanto ahora como siempre
porque Dios la ama”
Vi en esta pequeña cosa tres propiedades.
La primera es que Dios la ha creado,
la segunda es que Dios la ama
y la tercera es que Dios la sostiene.
(Juliana de Norwich S. XIV-XV)
Epílogo de la Carta
La vida es corta pero hay muchos momentos que valen una eternidad.
Evangelio diario del mes de enero de 2025
Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:
1. Lc 2, 16-21 / 2. Jn 1, 19-28 / 3. Jn 1, 29-34 / 4. Jn 1, 35-42 / 5. Jn 1, 1-5.9-14 / 6. Mt 2,1-12 / 7. Mt 4,12-17.23-25 / 8. Mc 6, 34-44 / 9. Mc 6, 45-52 / 10. Lc 4, 14-22 / 11. Lc 5, 12-16 / 12. Lc 3,15-16.21-22 / 13. Mc 1, 14-20 / 14. Mc 1, 21-28 / 15. Mc 1, 29-39 / 16. Mc 1, 40-45 / 17. Mc 2, 1-12 / 18. Mc 2, 13-17 / 19. Jn 2,1-12 / 20. Mc 2, 18-22 / 21. Mc 2, 23-28 / 22. Mc 3, 1-6 / 23. Mc 3, 7-12 / 24. Mc 3,13-19 / 25. Mc 16,15-18 / 26. Lc 1,1-4; 4,14-21 / 27. Mc 3,22-30 / 28. Mc 3, 31-35 / 29. Mc 4, 1-20 / 30. Mc 4, 21-25 / 31. Mc 4,26-34