Queremos compartir
- una convicción
—el ser humano necesita recuperar su dimensión espiritual—- y una intuición
—la espiritualidad franciscana, en cuanto intuición de lo esencial del Evangelio, puede tener algo que decir en este tiempo de desorientación.
Te invitamos a participar en el encuentro mensual de oración de la Red Asís que tendrá lugar los últimos jueves de cada mes a las 19,30h.
Lugares en los que se celebra la oración mensual
Carta de este mes: Carta nº 182
Diciembre de 2023 Número 182
Principio 1. Buscar cada día la relación personalizada con Dios
Las cosas del espíritu se han asociado a lo serio, a lo absoluto; incluso a lo dramático. Y ciertamente hay fases en que son así. Pero también está el humor que, como en otros campos de la vida, es necesario para poner las cosas en su sitio más adecuado.
Tema de reflexión
Con un poco de humor
“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.
“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.
“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.
“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.
“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.“Hay que tomarse la vida en serio” es una frase bastante oída. Y ciertamente así ha de ser. Sólo se vive una vez y, por tanto, hay que querer jugar bien la partida. No podemos perder el tiempo de nuestra existencia en vaciedades y en superficialidades. Pero también es verdad que, para poder vivir con seriedad la única vida que se nos ha dado, tenemos que aprender a relativizar muchas cosas que, de primeras, nos parecen muy importantes y que en el devenir de la vida vemos que no lo son tanto. Cuando nos vemos entrampados por tantas necedades podemos desesperar o podemos tomarlo con deportividad y, sobre todo, con un sabio humor que nos ayude a encajar esas cosas que nos harían sonrojarnos: sueños megalómanos, ansias de perfección, envidias, vanidades, nuestras pequeñas mentiras para con nosotros mismos, nuestras necesidades inconfesadas… Es ese punto de humor que nos hace reírnos de nosotros mismos.
No es el humor de los escépticos, de las personas que no esperan ya nada de nadie ni ese humor ácido que corroe toda esperanza. Este tipo de humor no ayuda a la vida humana, sino que la destruye, aniquila todo cambio porque no hay futuro deseable, ni pasado donde apoyarse. Por ello, el presente pierde todo apoyo. No; no es este el humor saludable.
El punto de humor necesario que nos ayuda a vivir saludablemente es ese que nos pone ante nuestra realidad desde una mirada donde vemos nuestras limitaciones, pero con cariño, acogiendo nuestras impotencias, incluso nuestras mediocridades. Es ese punto de humor necesario que denota humildad para reconocer nuestros límites y pecados. Y, sin embargo, en vez de llevarnos a la desesperación nos lleva a la reconciliación con nosotros mismos y con el mundo.
A ello nos ayuda la mirada de Dios, que, sabiendo de nosotros como nadie, no reniega de nosotros, sino que nos reconcilia con Él y con nosotros mismos desde su amor.
Texto bíblico: 2Cor 11,16.18.21b-25.30
Os digo una vez más que nadie me tome por insensato. O en todo caso aceptadme como tal y permitirme que yo también presuma un poco. Son tantos los que presumen de glorias humanas…, también yo presumiré. A lo que cualquier otro se atreva, me atrevo también yo. ¿Son hebreos? También yo. ¿Israelitas? También yo. ¿Descendientes de Abraham? También yo. ¿Ministros de Cristo? Voy a decir un desatino: más que ellos lo soy yo. Los aventajo en fatigas, prisiones, no digamos en palizas y en las muchas veces que he estado en peligro de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos los treinta y nueve golpes de rigor; tres veces he sido azotado con varas, una vez apedreado, tres veces he naufragado; he pasado un día y una noche a la deriva en alta mar... Aunque, si es preciso presumir, presumiré de mis flaquezas.
Espiritualidad franciscana
Algunas veces hacía también esto: la dulcísima melodía espiritual que le bullía en el interior, la expresaba al exterior en francés, y la vena del susurro divino que su oído percibía en lo secreto rompía en jubilosas canciones en francés. A veces -yo lo vi con mis ojos- tomaba del suelo un palo y lo ponía sobre el brazo izquierdo; tenía en la mano derecha una varita curva con una cuerda de extremo a extremo, que movía sobre el palo como sobre una viola; y, ejecutando a todo esto ademanes adecuados, cantaba al Señor en francés. Todos estos transportes de alegría terminaban a menudo en lágrimas; el júbilo se resolvía en compasión por la pasión de Cristo. De ahí que este santo prorrumpía de continuo en suspiros, y al reiterarse los gemidos, olvidado de lo que de este mundo traía entre manos, quedaba arrobado en las cosas del cielo.
Vio una vez a un compañero suyo con cara melancólica y triste, y, como le desagradaba esto, le dijo: «No va bien en el siervo de Dios presentarse triste y turbado ante los hombres, sino siempre amable. Tus pecados examínalos en la celda; llora y gime delante de tu Dios. Cuando vuelvas a donde están los hermanos, depuesta la melancolía, confórmate a los demás». (2C 127-128)
Oración
Anda, pasa.
Pasa, anda,
no tengo más remedio que admitirte.
Tú eres el que viene cuando todos se van.
El que se queda cuando todos se marchan.
El que cuando todo se apaga, se enciende.
El que nunca falta.
Mírame aquí,
sentado en una silla.
Todos se van, apenas se entretienen.
Haz que me acostumbre
a las cosas de abajo.
Dame la salvadora indiferencia,
haz un milagro más,
dame la risa,
¡hazme payaso, Dios, hazme payaso!
Gloria Fuertes
Epílogo de la Carta
“Si quieres ver a Dios reír, cuéntale de tus planes”
Evangelio diario del mes de diciembre de 2023
Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:
1 Lc 21, 29-33 / 2 Lc 21, 34-36 / 3 Mc 13, 33-37 / 4 Mt 8,5-11 / 5 Lc 10, 21-24 / 6 Mt 15, 29-37 / 7 Mt 7, 21.24-27 / 8 Lc 1, 26-38 / 9 Mt 9, 35-10, 1.6-8 / 10 Mc 1,1-8 / 11 Lc 5,17-26 / 12 Mt 18, 12-14 / 13 Mt 11, 28-30 / 14 Mt 11, 11-15 / 15 Mt 11, 16-19 / 16 Mt 17, 10-13 / 17 Jn 1,6-8.19-28 / 18 Mt 1, 18-24 / 19 Lc 1, 5-25 / 20 Lc 1, 26-38 / 21 Lc 1, 39-45 / 22 Lc 1, 46-56 / 23 Lc 1, 57-66 / 24 Lc 1, 26-38 / 25 Jn 1, 1-18 / 26 Mt 10, 17-22 / 27 Jn 20,2-8 / 28 Mt 2,13-18 / 29 Lc 2, 22-35 / 30 Lc 2, 36-40 / 31 Lc 2, 22-40
La oración del mes de diciembre será el día 28