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Diciembre de 2016  Número 98

Principio 2. Vida cotidiana: Hacia dentro, humildad

¿Dios tiene algo que ver con nuestra manera de vivir el día a día? ¿Le importan algo nuestros quebraderos de cabeza, nuestras preocupaciones? Y si le importan... ¿por qué pensamos que al ponernos en su presencia debemos aparcar todo eso, y “buscar la paz”?
“Venid a mí los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.

Tema de reflexión

Descansar el trabajo

El trabajo es un ámbito de mucha ambigüedad para nosotros. Por un lado, es costoso y se hace realidad el dicho bíblico de ganarse el pan con el sudor. También es un ámbito donde afloran nuestros fondos más oscuros e incontrolables de luchas, de competencias, de intereses ocultos, de rivalidades, de poder. Un ámbito de tensión. Pero es también ámbito de realización personal, de asunción de responsabilidades, de maduración, de creatividad, de paciencia, de hacer bien las cosas.

Es un ámbito donde, día a día, nos jugamos mucho de lo que somos. Un ámbito donde podemos dar lo mejor de nosotros, y donde también puede aflorar lo peor. Un ámbito que nos puede ayudar a crecer y madurar, y un ámbito donde las tensiones pueden llevarnos a la agresividad o a la desgana y la desafección por lo que hacemos.

¿Cómo vivir el mundo del trabajo sin rompernos en las tensiones, y sin volvernos funcionarios grises a quienes nada afecta? ¿Cómo poder encontrar todas las mañanas razones para vivir nuestro trabajo con motivación? El secreto está en saber descansar el trabajo. Saber darle al trabajo su propia dimensión, sin absolutizarlo. Tener otros ámbitos distintos del mundo del trabajo. Pero tan importante como eso es poder contar con personas con quienes poder compartir las tensiones y los logros de la jornada. Sino, vamos cargando nuestra mochila de tensiones que a la larga nos pasan factura.

Y, por supuesto, podemos descansar la tarea en Dios. Ya nos lo dijo Jesús: “a cada día le basta su afán”. Y es que muchas veces las tensiones nos surgen de querer controlar el mañana, de la inseguridad del futuro. Qué importante es confiar en que Dios se hace cargo de nuestras tensiones, de nuestras inseguridades, de nuestras preocupaciones, y poder dejar todo ello en sus manos. No para despreocuparnos, sino para vivirlo todo desde la confianza.

Texto evangélico: Jn 21,1-7

«Poco después, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos junto al lago de Tiberíades. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. En esto dijo Pedro: “Voy a pescar”. Los otros dijeron: “Vamos contigo”. Salieron juntos y subieron a una barca, pero aquella noche no lograron pesar nada. Al clarear el día, se presentó Jesús en la orilla del lago, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿Habéis pescado algo?”. Ellos contestaron: “No”. Él les dijo: “Echad la red al lado derecho de la barca y pescaréis”. Ellos la echaron, y la red se llenó de tal cantidad de peces que no podían moverla. Entonces, el discípulo a quien Jesús tanto quería le dijo a Pedro: “Es el Señor”».

Espiritualidad franciscana

«Los hermanos, en cualquier lugar donde estén sirviendo o trabajando en casa de otros, no sean administradores ni escribanos ni estén al frente de la casa donde sirven; ni acepten oficio alguno que engendre escándalo o cause daño a su alma; sino sean menores y súbditos de todos los que se hallan en la misma casa. Y los hermanos que saben trabajar, trabajen y ejerzan el oficio que conozcan, siempre que no vaya en contra de la salvación del alma y pueda realizarse honestamente. Pues dice el profeta: “Comerás los frutos de tus trabajos; dichoso eres y te irá bien”; y el apóstol: “El que no quiera trabajar, que no coma”; y también: “Cada uno permanezca en el arte y oficio en que ha sido llamado”... Y, cuando sean necesario, vayan por limosna como los otros pobres. Y les está permitido tener las herramientas e instrumentos propios de sus oficios”» (1R 7,3).

Francisco contempla a sus hermanos trabajando y viviendo durante la jornada entre la gente, sencilla y fraternalmente, compartiendo con ellos sus fatigas y el cansancio cotidiano. Su forma de vida es vivir el santo evangelio en lo pequeño y humilde, convencidos de que entonces en lo escondido va germinando la presencia del Señor.

Oración

Vuestra soy, para Vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,
yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,
pues por vuestra me ofrecí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Dadme muerte, dadme vida:
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida,
flaqueza o fuerza cumplida,
que a todo digo que sí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida dulce, sol sin velo,
pues del todo me rendí:
¿qué mandáis hacer de mí?
¿Si queréis que esté holgando,
quiero por amor holgar.
Si me mandáis trabajar,
morir quiero trabajando.
Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?
Decid, dulce Amor, decid:
¿qué mandáis hacer de mí?
Esté callando o hablando,
haga fruto o no le haga,
muéstreme la ley mi llaga,
goce de Evangelio blando;
esté penando o gozando,
sólo vos en mí vivid:
¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?

Santa Teresa de Jesús

Epílogo de la Carta

“Haz las cosas como si todo dependiera de ti y confía en Dios como si todo dependiera de él”.(S I. de Loyola)

Evangelio diario del mes de diciembre de 2016

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden a cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes de diciembre:

1 Mt 7, 21.24-27 / 2 Mt 9, 27-31 / 3 Mt 9, 35-10, 1.6-8 / 4 Mt 3, 1-12 / 5 Lk 5,17-26 / 6 Mt 18, 12-14 / 7 Mt 11,28-30 / 8 Lk 1, 26-38 / 9 Mt 11, 16-19 / 10 Mt 17, 10-13 / 11 Mt 11, 2-11 / 12 Mt 21, 23-27 / 13 Mt 21, 28-32 / 14 Lk 7,19-23 / 15 Lk 7, 24-30 / 16 Jn 5, 33-36 / 17 Mt 1, 1-17 / 18 Mt 1, 18-24 / 19 Lk 1, 5-25 / 20 Lk 1, 39-45 / 21 Lk 1, 26-38 / 22 Lk 1, 46-56 / 23 Lk 1, 57-66 / 24 Lk 1, 67-79 / 25 Jn 1, 1-5.9-14 / 26 Mt 10, 17-22 / 27Jn 20, 2-8 / 28 Mt 2,13-18 / 29 Lk 2, 22-35 / 30 Mt 2, 13-15.19-23 / 31 Jn 1, 1-18

La oración del mes de diciembre será el día 29.