Sugerencias

 


Notas:

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Agosto de 2022  Número 166

Principio 2. Vida cotidiana: Hacia dentro, humildad

Desde pequeños nos educan para que podamos ganarnos la vida por nosotros mismos. Y ese ganarnos la vida va muy unida a lo que se valora en nuestra cultura: eficacia y productividad. Pero necesitamos lucidez para saber el por qué y el para qué de lo que somos y hacemos.

Tema de reflexión

Lucidez

Nos movemos en un contexto donde se prima el hacer, donde se valora en alto grado la productividad y la eficacia. Ciertamente la vida supone movimiento, acción y trasformación continua; siempre ha sido así. Sin embargo, en nuestra época, con todos los adelantos científicos y medios tecnológicos con los que nos hemos dotado, se quiere acertar, como nunca antes, en el qué hacer y el cómo hacer. Esta atención la ponemos en casi todos los ámbitos de la vida: en el trabajo, en las relaciones, en las responsabilidades…

Pero hay dimensiones fundamentales para que nuestra vida sea más humana, y sobre todo abierta a la acción de Dios en ella, que casi pasan desapercibidas. Una de estas dimensiones es atender al desde dónde y para quién se obra. Es decir: alcanzar la lucidez de descubrir qué es lo que me mueve en todo lo que hago por una parte, y apercibirme sobre para quién o por quién hago todo lo que tengo que hacer. No es lo mismo trabajar sabiendo la motivación y el destinatario final de lo que hago que no saberlo. Porque si no alcanzo ese mínimo de claridad el fruto de mis esfuerzos estará fuera de mi horizonte humano y no sabré si estaré acertando o errando con lo que voy haciendo en la vida.

En cambio, si sé qué me mueve en la vida, por quién y para quién vivo, el “qué” y el “cómo” cambiarán, o se modularán hacia algo más profundo y verdadero que la mera producción y eficacia. No andaré cegado sin saber para quién y por qué de lo que vivo y hago. Esta lucidez para discernir la respuesta verdadera en cada caso, supone un alto grado de humildad porque, aunque me exija búsqueda y dedicación, es más un don recibido, una luz que se me da que algo adquirido fruto de mi mera voluntad; es punto de sabiduría más que de habilidad. Es don del Espíritu.

Texto bíblico: Flp 3,7-12

Pero lo que entonces consideraba una ganancia, ahora lo considero pérdida por amor a Cristo. Es más, pienso incluso que nada vale la pena si se compara con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, y todo lo tengo por estiércol con tal de ganar a Cristo y vivir unido a él con una salvación que no procede de la ley, sino de la fe en Cristo, una salvación que viene de Dios a través de la fe. De esta manera conoceré a Cristo y experimentaré el poder de su resurrección y compartiré sus padecimientos y moriré su muerte, a ver si alcanzo así la resurrección de entre los muertos. No pretendo decir que haya alcanzado la meta o conseguido la perfección, pero me esfuerzo a ver si la conquisto, por cuanto yo mismo he sido conquistado por Cristo Jesús.

Espiritualidad franciscana

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Hay muchos que, entregados constantemente a la oración y las devociones, hacen muchas abstinencias y mortificaciones corporales, pero por una sola palabra que parece ser injuriosa para su propio yo o por cualquier cosa que se les quita, se escandalizan enseguida y se alteran. Estos tales no son pobres de espíritu, porque quien es de verdad pobre de espíritu se odia a sí mismo y ama a los que le pegan en la mejilla.

Dichosos los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.

Son verdaderamente pacíficos aquellos que, en medio de todas las cosas que padecen en este mundo conservan la paz en su alma y en su cuerpo, por el amor de nuestro Señor Jesucristo (Adm 14-15).

Oración

Señor, te pido valor y lucidez para afrontar todas mis dificultades,
no dejes que mi ánimo decaiga.
Tú eres mi fortaleza y mi roca fuerte, mi escudo protector ante la adversidad.
Que nunca quedemos confundidos los que en Ti
ponemos nuestra fe y nuestra esperanza...

Ayúdame a dar lo mejor de mí,
a entregarme plenamente a la bondad y pureza de tu amor,
a centrarme en tu Palabra que abriga, que sostiene,
que impulsa y alienta a superar todo obstáculo y dificultad que se presente.

Ayúdame a explorar la profundidad de mi ser,
a escudriñarme bien a fondo
y encontrar todos esos talentos que has sembrado en mí,
para conseguir el éxito y la felicidad
en todas y cada una de las tareas que me toca realizar.

Amén

Epílogo de la Carta

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los “cómos”. Friedrich Nietzsche (filósofo)

Evangelio diario del mes de agosto de 2022

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:

1 Mt 14, 13-21  / 2 Mt 14, 22-36 / 3 Mt 15, 21-28  / 4 Mt 16,13-23  / 5 Mt 16, 24-28  / 6 Lc 9, 28b-36  / 7 Lc 12, 32-48 / 8 Mt 17,22-27  / 9 Mt 25, 1-13  / 10 Jn 12, 24-26  / 11 Mt 18, 21-19,1 / 12 Mt 19, 3-12  / 13 Mt 19, 13-15  / 14 Lc 12, 49-53  / 15 Lc 1,39-56  / 16 Mt 19, 23-30  / 17 Mt 20,1-16  / 18 Mt 22,1-14  / 19 Mt 22,34-40  / 20 Mt 23,1-12  / 21 Lc 13, 23-30  / 22 Mt 23,13-22  / 23 Mt 23,23-26  / 24 Jn 1, 45-51  / 25 Mt 24,42-51  / 26 Mt 25, 1-13  / 27 Mt 25, 14-30  / 28 Lc 14, 1.7-14  / 29 Mc 6, 17-29  / 30 Lc 4,31-37  / 31 Lc 4, 38-44

La oración del mes de agosto será el día 25