Sugerencias para el trabajo personal o en grupo con la Carta de Asís
Diciembre 2024
Principio 2. Vida cotidiana: Hacia dentro, humildad.
Nº 194
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Poquito
Introducción
Uno de los ejercicios de humildad es llegar a ser consciente de mis posibilidades y ser capaz de dar con generosidad según esas posibilidades.
Reflexión
Según la edad que tenga viviré esto de la humildad de modos muy diversos; y así ha de ser. Llega una época donde la disminución se hace más palpable; y las limitaciones se vuelven permanentes. Es decir, ya no es posible volver a la juventud. ¿Cómo llevo este paso? ¿Qué cambios he vivido y estoy llamado a vivir? Hay personas que, por lo que sea, no sufren gran problema en ello; como si su naturaleza les hace encajar de modo natural estos cambios. Hay otras en cambio, que lo llevan muy mal: lo niegan, se quejan, sufren especie de depresión, etc. También es verdad que no todas las nuevas limitaciones se viven del mismo modo. Hacer balance esta realidad nos hace vivir más conscientemente, y con mayor libertad.
¿Voy aprendiendo a ahondar en el sentido de lo que me toca vivir, precisamente en estos cambios hacia la disminución? ¿Cuál es mi tendencia: a la negación pensando que todo volverá a lo de antes, o a la rendición, de modo que ya nada tiene sentido ya tengo poco que hacer?
También puede sucederme que es una buena época, aunque nada cómoda, donde voy adquiriendo una mayor sabiduría de la vida, donde voy siendo más capaz de ponderar en su justa medida las maravillas que la vida ofrece, las relaciones sin artificio, el gusto de las cosas pequeñas… Y donde con lo poco que soy voy incrementando mi generosidad. Voy aprendiendo a ser humilde agradecidamente.
Texto evangélico (Mc 12,41-44)
Leo este texto evangélico. Jesús ve más allá de las apariencias, incluso religiosas y espirituales. Y pondera la generosidad de aquella mujer pobre que da de lo poco que tiene, en comparación con los potentados que dan de lo que les sobra. El corazón de Dios queda tocado por nuestros gestos que reflejan nuestro corazón.
Franciscanismo (1Cel 103)
Francisco vivió con intensidad sus reducciones; sobre todo motivadas por la enfermedad. Esto no le quitó vigor hacia lo que quería vivir. Y cuando no podía vivirlas como cuando era joven y vigoroso, no lo vivía con resignación, sino con la ilusión del primer día. Aunque acorde a lo poco que podía. En cuestiones de fe y amor, siempre estamos comenzando.
Invitación a la oración
Tomando un tiempo para el silencio y el recogimiento, me pongo en presencia del Señor. Le presento mis disminuciones; sobre todo aquellas que me hacen sentirme en una nueva fase de la vida. Le presento mis dolores, mis sufrimientos por todo ello. También mis descubrimientos, mis aprendizajes de vida. Tomo la oración que se propone y lo voy desgranando según mi situación. Termino la oración pidiendo y dando gracias.