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Sugerencias para el trabajo personal o en grupo con la Carta de Asís

 
Junio 2025

Principio 4. Compartir este camino, vivir la fraternidad

Nº 200

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No hay nada que hacer; ¿o sí?


Introducción

La convivencia pasa por diversas fases. Hay algunas en las cuales se muestra la tentación de la rendición: ¡Ya no hay nada que hacer! ¿O quizá sí?

Reflexión

La convivencia, cuanto más íntima, más comprometida; ciertamente. Es en estos ámbitos donde ponemos más en juego lo que somos y tenemos. Por ello, es donde más hondamente damos y recibimos. Si repaso la historia de la comunidad, la familia, el matrimonio que estoy viviendo ha recibido mucho y estoy agradecido. También ha habido etapas de dificultad y frustración. En mi caso, estas fases de sensación de fracaso han tenido motivos concretos, dificultades en la relación, reacciones dolorosas, incomprensiones… No suele ser fácil objetivar del todo, pero con cierta perspectiva es posible, de alguna manera, poner nombre a lo que ha sucedido y al proceso que se ha vivido. ¿Cómo he solido vivir estos episodios, estas fases en la convivencia?

Estas situaciones de sensación de fracaso han podido dar fin a la convivencia. Pero quizá han supuesto el paso a una nueva fase más profunda, más madura, abriéndonos a nuevas dimensiones. ¿Qué he aprendido de mí y de las personas con las que convivo? ¿Me han servido para ser consciente de mis limitaciones y las de los demás? ¿Me han posibilitado ahondar de otro modo más realista lo que puede dar y lo que no puede dar esta convivencia concreta que estoy revisando? ¿He comenzado a entrever otras dimensiones valiosas que no era capaz de percibir hasta ahora?

¿Podría hablar de estas cosas con las personas con quien convivo? Y aunque quizá no sea posible, este ejercicio me puede ayudar a ser una persona más generosa y creativa.

Texto evangélico (Lc 13,6-9)

Leo el texto evangélico propuesto. A diferencia de otras parábolas, Jesús identifica a Dios con el trabajador de la huerta, no con el dueño. Las relaciones y los caminos de convivencia necesitan grandes dosis de paciencia y cuidados para que den frutos. Las personas con las que convivo, y yo misma, quizá requerimos atención especial para la convivencia, y esta dé frutos que ni soñábamos.

Franciscanismo (Adm 13)

Francisco sabía por propia experiencia de las dificultades en la convivencia. Quitando las primeras épocas que se recordaban como las más maravillosas --la memoria siempre es selectiva—hubo muchos problemas en la convivencia entre los hermanos. Y esos problemas hicieron que se desarrollaran otras virtudes que aparecen en el texto: hablar pacíficamente del tema, ejercer la paciencia y la humildad… Y por encima de todo querer a los hermanos.

Invitación a la oración

Me pongo en presencia de Dios haciendo un poco de silencio. Hago presentes también las personas con las que convivo, que son parte de mi vida: familia, comunidad, amigos… Y explicito ante Dios las dificultades de la vida en común, los problemas que dificultan la relación. Pido por esas personas, por mí, por nosotros. Pido lucidez y coraje para buscar caminos para una mayor profundidad en la convivencia. Desgrano la oración propuesta desde lo que vivo.


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