Enero de 2023 Número 171
Principio 3. Vida cotidiana: Hacia fuera, solidaridad
Mi ayuda solidaria comienza en lo concreto, pero se eleva hacia una mirada más global de la sociedad y la humanidad.
Tema de reflexión
Elevando la mirada
La solidaridad, el movimiento a favor de los demás generada por la novedad de Jesús, de Dios con nosotros, además de ayudarnos a mirar en profundidad la realidad personal y social, y ayudarnos a vincularnos con otras personas tanto necesitadas y como otras solidarias, nos empuja a transformar el mundo. La solidaridad nos hace alzar la mirada más allá de los casos individuales de las personas y así alcanzar a ver muchos de los mecanismos que hacen que haya tantas gentes sufrientes. El mundo tal como lo conocemos puede ser de otro modo, se puede organizar de otra forma más justa y misericordiosa. Hay sufrimientos que son imponderables, pero también los hay que se pueden evitar si se ponen los medios para ello, o se organiza la sociedad de otra manera.
Esta mirada más elevada a la cual nos empuja la solidaridad implica trabajar por cambiar la realidad social y política en aspectos tanto globales a nivel mundial y planetario como en otros más particulares a nivel más municipal y del entorno más cercano. Es verdad que esto genera un cierto malestar en bastantes ámbitos sociales y eclesiales, pero la doctrina social de la Iglesia siempre ha afirmado esta dimensión importante de la fe: el trabajo por el cambio hacia una sociedad más justa en atención a los pobres y desheredados del mundo.
Ciertamente la solidaridad cristiana nace de la misericordia que Dios tiene hacia nosotros, pero esta dimensión de nuestra fe tiene implicaciones que nos sacan de nuestros individualismos, nos hacen mirar los mecanismos que hacen que el mundo sea así y nos empujan a trabajar por cambiar hacia otros escenarios más justos y misericordiosos para todos.
En medio de esta sociedad donde parece que las decisiones se dejan solo para los expertos y profesionales de lo político y económico, la solidaridad también me lleva a mirar la sociedad y su marcha con una mirada más elevada de lo individual y particular y trabajar por el cambio de la realidad tanto particular como más global.
Texto bíblico: 2Cor 9,1-2.6-9
Acerca de la ayuda en favor de los hermanos, no hace falta que os siga escribiendo, pues conozco vuestra buena disposición… Tened esto presente: el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha. Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría. Dios, por su parte, puede colmaros de dones, de modo que teniendo siembre y en todas las cosas lo suficiente, os sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas. Así lo dice la Escritura: Distribuye con largueza sus bienes a los pobres, su generosidad permanece para siempre.
Espiritualidad franciscana
Viene un día al Santo la madre de dos hermanos y le pide limosna confiadamente. Compadecido de ella, el Padre santo dijo a su vicario el hermano Pedro Cattani: «¿Podemos dar alguna limosna a nuestra madre?» Es de saber que llamaba su madre y madre de todos los hermanos a la madre de cualquier hermano. Le respondió el hermano Pedro: «No queda en casa nada que se le pueda dar». Pero añadió: «Tenemos un ejemplar del Nuevo Testamento, por el que, al carecer de breviarios, leemos las lecciones de maitines». Le replicó el bienaventurado Francisco: «Da a nuestra madre el Nuevo Testamento, para que lo venda y remedie su necesidad, ya que en el mismo se nos amonesta que socorramos a los pobres. Creo por cierto que agradará más a Dios el don que la lectura».
Se le da, pues, el libro a la mujer; y así, el primer ejemplar del Testamento que hubo en la Orden fue a desaparecer en manos de esta santa piedad (2Cel 91).
Oración
Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida.
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo.
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.
Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares sin ti.
Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Epílogo de la Carta
“Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.” PAPA FRANCISCO
Evangelio diario del mes de enero de 2023
Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:
1 Lc 2, 16-21 / 2 Jn 1, 19-28 / 3.Jn 1, 29-34 / 4 Jn 1, 35-42 / 5 Jn 1, 43-51 / 6 Mt 2,1-12 / 7 Mt 4,12-17.23-25 / 8 Mt 3,13-17 / 9 Mc 1, 14-20 / 10 Mc 1, 21-28 / 11 Mc 1, 29-39 / 12 Mc 1, 40-45 / 13 Mc 2, 1-12 / 14 Mc 2, 13-17 / 15 Jn 1,29-34 / 16 Mc 2, 18-22 / 17 Mc 2, 23-28 / 18 Mc 3, 1-6 / 19 Mc 3, 7-12 / 20 Mc 3, 13-19 / 21 Mc 3, 20-21 / 22 Mt 4,12-23 / 23 Mc 3,22-30 / 24 Mc 3, 31-35 / 25 Mc 16,15-18 / 26 Mc 4, 21-25 / 27 Mc 4, 26-34 / 28 Mc 4, 35-41 / 29 Mt 5,1,12a / 30 Mc 5,1-20 / 31 Mc 5,21-43
La oración del mes de enero será el día 26