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Junio de 2022  Número 164

Principio 4.Compartir este camino, vivir la fraternidad

La fraternidad, la familia, la comunidad no siempre cumple las expectativas que uno puso en ella. Y aparece un punto de soledad que marca una parte de mi historia en la fraternidad.

Tema de reflexión

Expectativas incumplidas

Se dan diversas etapas en la vivencia de la fraternidad, de la familia, de la relación de amistad. Hay momentos donde aparece un punto de soledad que conlleva cierto dolor, añoranza, insatisfacción... Son muchas las circunstancias donde se genera esa soledad en medio de la convivencia: la impresión de que casi siempre me toca a mí poner más que los demás, o cuando creo percibir desinterés hacia mí por parte de los me rodean, o porque noto que los demás no vibran con la cosas con las yo vibro...

Pueden ser solo momentos pasajeros. Pero también puede que sean signos de que la fraternidad, la familia, la comunidad no cumple ni cumplirá lo que me había imaginado, deseado, buscado. Surge ese sentimiento de soledad no buscada, esa soledad que incomoda y duele. No es fácil acertar en el reparto de responsabilidades por la situación creada. Quizá yo mismo había puesto excesivas expectativas en la fraternidad; o son los demás quienes no caen en la cuenta de mi necesidad de ser atendido; o tal vez sean las dos cosas.

Hay tres actitudes que nos ayudarían a manejarnos en estas situaciones de soledad. La primera es comunicar de algún modo a los demás sobre la soledad que vivo y sobre mi necesidad de ser querido y correspondido, de mis pequeñas o grandes frustraciones en ello. La segunda actitud sería acertar en acomodar mis expectativas a lo que de verdad puede dar la fraternidad, asumiendo mi cupo de soledad. Y la tercera actitud será la de mirar si no les sucede algo parecido a los demás con respecto a mí, si no soy yo también alguien que ha frustrado sus expectativas a mis hermanos y hermanas.

En fraternidad aprendemos a darnos permiso para desear, para anhelar, para soñar y esperar lo que otros pueden aportarnos. Pero sin convertir el deseo en exigencia, el anhelo en obligación o la respuesta en condición.

Texto evangélico: 2Tim 4,9-17

Procura venir lo antes posible, pues Dimas me ha abandonado por a amor a las cosas de este mundo y se ha ido a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito a Dalmacia. Solamente Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráetelo contigo, pues me es muy útil para el ministerio. Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le pagará según su conducta. Ten cuidado con él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación. En mi primera defensa nadie me asistió; todos me abandonaron. ¡Que Dios los perdone! El Señor me asistió y me confortó, para que el mensaje fuera plenamente anunciado por mí y lo escucharan todos los paganos.

Espiritualidad franciscana

Dijo una vez a su compañero: «No me consideraría verdadero hermano menor si no me encontrare en el estado de ánimo que te voy a describir. Figúrate que, siendo yo prelado, voy a capítulo y en él predico y amonesto a mis hermanos, y al fin de mis palabras éstos dicen contra mí: “No conviene que tú seas nuestro prelado, pues eres un hombre sin letras, que no sabe hablar, idiota y simple”. Y, por último, me desechan ignominiosamente, vilipendiado de todos. Te digo que, si no oyere estas injurias con idéntica serenidad de rostro, con igual alegría de ánimo y con el mismo deseo de santidad que si se tratara de elogios dirigidos a mi persona, no sería en modo alguno hermano menor». Y añadía: «En la alabanza acecha el precipicio; pero en la humildad es segura la ganancia del alma. ¿Por qué, pues, nos dejamos arrastrar más por los peligros que por las ganancias?»

De ahí que Francisco, ejemplo de humildad, quiso que sus hermanos se llamaran menores, y los prelados de su Orden, ministros, conforme dice el Evangelio: El que quiera ser entre vosotros el mayor, sea vuestro servidor, y el que entre vosotros quiera ser el primero, sea vuestro esclavo (Mt 20,26-27). (LM 6,5).

Oración

Soberano Jesús: Yo fastidiada del trato y comunicación de las criaturas,
cansada de todas las cosas de este mundo,
desengañada de todo, disgustada de mi misma
y destituida de todo consuelo humano,
vengo a Vos que sois mi Dios,
mi cariñoso Padre y mi único consuelo,
esperando hallar en Vos todo lo que necesito
para mi consuelo y felicidad temporal y eterna.

Dignaos acogerme y tenerme siempre refugiada
bajo vuestra protección y amparo,
y en la confianza de que así lo hacéis,
postrada a vuestros pies,
os adoro con todo el afecto y veneración de que soy capaz
y con la confianza filial que a mi único y verdadero Padre. […]

Desde la alteza de vuestro Ser infinito,
mirad mi pequeñez
acordaos que el ser que tengo lo recibí de Vos
y es más vuestro que mío.

Sor Ángeles Sorazu
Concepcionista franciscana

Epílogo de la Carta

Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. (Dalai Lama)

Evangelio diario del mes de junio de 2022

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes:

1. Mt 5, 13-19 / 2. Jn 17,20-26 / 3. Jn 21,15-19 / 4. Jn 21,20-25 / 5. Jn 20,19-23 / 6. Mt 5,1-12 / 7. Mt 5,13-16 / 8. Mt 5,17-19 / 9 Jn 17,1-2.9.14-26 / 10. Mt 5, 27-32 / 11. Mt 10, 7-13 / 12. Jn 16,12-15 / 13. Mt 5,38-42 / 14. Mt 5, 43-48 / 15. Mt 6,1-6.16-18 / 16. Mt 6, 7-15 / 17. Mt 6, 19-23 / 18. Mt 6, 24-34 / 19. Lc 9, 11-17 / 20. Mt 7,1-5 / 21. Mt 7, 6.12-14 / 22. Mt 7,15-20 / 23. Mt 7,21-29 / 24. Lc 15,3-7 / 25. Lc 2,41-51 / 26. Lc 9, 51-62 / 27. Mt 8, 18-22 / 28. Mt 8, 23-27 / 29. Mt 16, 13-19 / 30. Mt 9, 1-8 

La oración del mes de junio será el día 30