Sugerencias

 


Notas:

  • La característica principal de la Red Asís es que quiere ser abierta, ofrecerse y multiplicarse. Esa apertura nos corresponde facilitarla a cada una de las personas que formamos parte de la red. Todos/as podemos ser multiplicadores de la Red Asís pensando a quién podemos invitar a inscribirse para recibir esta Carta o acudir a la oración mensual que se celebra los últimos jueves de cada mes a las 19.30 h, en los lugares habituales.
  • Si quieres recibir información sobre la Red Asís o inscribirte para recibir mensualmente esta carta, llama al 646-214896 o envía un mail a redasis@arantzazu.org.

 

Enero de 2021  Número 147

Principio 3. Vida cotidiana: Hacia fuera, solidaridad

Cuando uno cambia por dentro, comienza a cambiar también en su relación con el exterior, con el mundo, con los demás. Y también sucede que cuando uno se abre a los demás, sobre todo a los más desfavorecidos, comienza a cambiar por dentro.

Tema de reflexión

Los pobres nos transforman

Puede haber muchos motivos que nos empujan a la solidaridad: el haber visto la realidad doliente de personas, la petición de ayuda de algún necesitado, la reflexión sobre mi lugar en el mundo... Algunos motivos nos nacen de nuestro interior, mientras que otras veces es la realidad externa la que nos pide movernos. En cualquiera de los casos, una vez dado del paso de salir de nosotros hacia los demás, sobre todo hacia personas más necesitadas, una de las consecuencias es que somos nosotros mismos quienes resultamos cambiados, transformados.

Dicha transformación se da en varios ámbitos. Cambia la visión de la realidad, del mundo. El mundo es más complejo y variado de lo que creíamos. Se comienzan a percibir las injusticias que reinan en nuestra sociedad y de las que nos aprovechamos sin darnos cuenta. Hay mecanismos perversos que condenan a personas a una vida inhumana...

También se descubre la persona que hay en cada necesitado: su mundo de necesidades, los condicionamientos que le llevan a una vida tan frágil... Ser pobre no significa ser indigno, ni bueno, ni malvado automáticamente.

La relación con los pobres nos ilumina sobre nosotros mismo. Caemos más en la cuenta del lugar privilegiado que ocupamos en esta humanidad, de las oportunidades que gozamos y de las que no éramos conscientes. También nos ayuda a revalorizar las realidades que nos mueven en la vida; dábamos importancia a cosas que no la tenían y se nos escapaban otras de gran valor...

Y sobre todo, nos acerca de modo especial a algunas de las claves del Evangelio de Jesús: la novedad de las preferencias de Dios hacia los pequeños. Este acercamiento no será nada teórico ni ideológico, sino más experiencial. Será Evangelio en vivo.

Eso sí; todo ello nos irá transformando por dentro y por fuera si nos atrevemos a exponernos. No hay nada como las personas necesitadas y nuestra apertura hacia ellas para que nuestra vida cambie.

Texto evangélico: Mc 7,24-30

Salió Jesús de allí y se fue a la región de Tiro y Sidón. Entró en una casa, y no quería que nadie lo supiera, pero no logró pasar inadvertido. Una mujer, cuya hija estaba poseída por un espíritu inmundo, oyó hablar de él, e inmediatamente vino y se postró a sus pies. La mujer era pagana, sirofenicia de origen, y le suplicaba que expulsara de su hija el demonio. Jesús le dijo: “Deja que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos”. Ella le replicó: “Es cierto, Señor, pero también los perrillos, debajo de la mesa comen las migajas de los niños”. Entonces Jesús le contestó: “Por haber hablado así, vete, que el demonio ha salido de tu hija”. Al llegar a su casa, encontró a la niña echada en la cama, y el demonio había salido de ella.

Espiritualidad franciscana

¿Qué lengua puede expresar la compasión que tuvo este hombre para con los pobres? Poseía, ciertamente, una clemencia innata..., y a los que no podía echar una mano, les mostraba el afecto. Toda indigencia, toda penuria que veía, lo arrebataba hacia Cristo, centrándolo plenamente en él. En todos los pobres veía al Cristo. Y, aun cuando se había desprendido de toda envidia, no pudo desprenderse de una, la única: la envidia de la pobreza; si veía a alguien más pobre que él, de seguida lo envidiaba.

Un día, el varón de Dios topó en el camino con uno muy pobre. Viendo su desnudez, se vuelve compungido al compañero y le dice: “La pobreza de este hombre es motivo de mucha vergüenza para nosotros y una muy grande reprensión de nuestra pobreza”.

“¿Por qué, hermano?”, le replicó el compañero. Y el Santo responde con voz lastimera: “Yo he escogido la pobreza por todas mis riquezas, por mi señora; y ve ahí que la pobreza brilla más en él. ¿No sabes que se ha propagado por todo el mundo que somos los más pobres por amor de Cristo? Pero este pobre nos convence de que de lo dicho no hay nada” (2Cel 83-84).

Oración

Dichoso quien cuida del pobre y del débil.
Dichoso quien tiende su mano
al necesitado.

Dichoso quien no sabe negar una ayuda.
Dichoso quien sabe amar y comprometerse.
Dichosos los que no temen
arriesgar todo por el Reino.

Dichosos los que saben cambiar
la rivalidad por la colaboración,
la indiferencia por la solidaridad,
la violencia por la cordialidad y el amor.

Ayúdanos, Señor,
a desterrar del corazón
el egoísmo que tantas veces lo envuelve.

Ayúdanos a no fracasar
en nuestro intento de estar atentos
al dolor de los demás.

Ayúdanos a saber mirar la realidad,
a descubrir la injusticia y la maldad.

Ayúdanos a ser mensajeros de esperanza,
a vivir entregados a los demás,
a vivir al servicio del Evangelio.

Tú sabes, Señor,
que nos duele ver tantos buenos deseos
que luego no hacemos fructificar.
Que nos duele tener las cosas claras en la mente
y no traducirlas en compromisos para transformar.

Haz fecundo, Señor, nuestro servicio.
Danos la fuerza del Espíritu
para que tu Palabra y nuestros deseos
lleguen a hacerse realidad.

Epílogo de la Carta

“Los pobres nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio. No echemos en saco roto esta oportunidad de gracia.” Papa Francisco

Evangelio diario del mes de enero de 2021

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes de enero:

1 Lc 2, 16-21 / 2 Jn 1, 19-28 / 3. Jn 1,1-18 / 4 Jn 1, 35-42 / 5 Jn 1, 43-51 / 6 Mt 2,1-12 / 7 Mt 4,12-17.23-25 / 8 Mc 6, 34-44 / 9 Mc 6, 45-52 / 10 Mc 1,7-11 / 11 Mc 1, 14-20 / 12 Mc 1, 21-28 / 13 Mc 1, 29-39 / 14 Mc 1, 40-45 / 15 Mc 2, 1-12 / 16 Mc 2, 13-17 / 17 Jn 1, 35-42 / 18 Mc 2, 18-22 / 19 Mc 2, 23-28 / 20 Mc 3, 1-6 / 21 Mc 3, 7-12 / 22 Mc 3,13-19 / 23 Mc 3, 20-21 / 24 Mc 1, 14-20 / 25 Mc 16,15-18 / 26 Mc 3, 31-35 / 27 Mc 4, 1-20 / 28 Mc 4, 21-25 / 29 Mc 4,26-34 / 30 Mc 4,35-41 / 31 Mc 1, 21-28

La oración en común de este mes de enro será el día 28 a las 19:30