Agosto de 2019  Número 130

Principio 2. Vida cotidiana: Hacia dentro, humildad..

Jesús vive volcado en la acción; siente una premura que le quema para preparar la venida del Reino de Dios, para anunciar la Buena Nueva. Pero sabía tomarse tiempos largos para estar con su Padre Dios, en soledad, en oración. Y cuando se encuentra ante las personas necesitadas o marginadas… nunca tiene prisa.

Tema de reflexión

Perder el tiempo

Uno de los bienes más preciados en nuestra sociedad tan avanzada es el tiempo. Cuántas cosas hacemos para aprovechar el tiempo. En el mundo del trabajo hasta se tiene contabilizado el tiempo en dinero. Decimos que el tiempo es oro. Por eso, perder el tiempo es un derroche, un contrasentido, un antivalor.

También es verdad que hay épocas en las cuales lo que nos sobra es tiempo: porque no podemos trabajar o tenemos que invertir nuestro tiempo en tareas no productivas (tiempos de espera, de acompañamiento largo...) o simplemente estamos de vacaciones. Ese tiempo se nos puede volver pesado y tenemos que llenarlo con algo. La tentación más recurrente es ocupar el tiempo en algo. Para eso están los pasa-tiempos o hacemos cualquier cosa por matar el tiempo. Y por otro lado, estamos ansiando un tiempo para nosotros, para salir de la vorágine de las urgencias y ocupaciones cotidianas que nos abruman. Vivimos un gran contrasentido con el tiempo.

Quizá sea la hora de saber perder el tiempo. Hay cosas en la vida que requieren un tiempo especial, un tiempo que no se contabiliza con el tiempo productivo o un tiempo ocupado. Adentrarse en eso que es perder el tiempo puede abrirnos a nuevas realidades personales y del entorno que de otra manera no podríamos vislumbrar: nuestro interior, la vida de las personas de nuestro entorno con sus necesidades, el mundo que nos rodea desde otra mirada más profunda y desinteresada..., Dios. Todo ello requiere perder tiempo, que a fin de cuentas será seguramente para ganar vida.

No digamos nada cuando lo único que me queda es tiempo porque estoy enfermo o mis limitaciones no me dejan hacer otra cosa. No me queda más, ni menos, que ofrecer mi tiempo a Dios por las personas y el mundo, aunque me aburra, por amor.

Texto evangélico: Mt 10, 5-10

A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: “No vayáis a regiones de paganos ni entréis en los pueblos de Samaría. Id más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Id anunciando que está llegando el reino de los cielos.  Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los leprosos, expulsad a los demonios; gratis lo recibisteis, dadlo gratis. No llevéis oro, ni plata,  ni dinero en el bolsillo; ni  zurrón para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni cayado; porque el obrero tiene derecho a su sustento."

Espiritualidad franciscana

El varón de Dios Francisco... convertía todo su tiempo en ocio santo, para que la sabiduría le fuera penetrando en el alma. Buscaba siempre lugares escondidos, donde no sólo en el espíritu, sino en cada uno de los miembros, pudiera adherirse por entero a Dios.

Cuando, estando en público, se sentía de pronto afectado por visitas del Señor, para no estar ni entonces fuera de la celda hacía de su manto una celdilla. En fin, cuando no podía hacer nada de esto, hacía de su corazón un templo. Pero, cuando oraba en selvas y soledades, llenaba de gemidos los bosques: allí respondía al Juez, oraba al Padre, conversaba con el Amigo, se deleitaba con el Esposo. Rumiaba muchas veces en su interior sin mover los labios y elevaba su espíritu a los cielos.

El bienaventurado Padre no desatendía por negligencia ninguna visita del Espíritu; si se le ofrecía, respondía al regalo y saboreaba la dulzura así puesta delante por todo el tiempo que permitía el Señor. Y en efecto: hasta de camino, dejando que se adelantasen los compañeros, se detenía él, y, quedándose a saborear la nueva iluminación, no recibía en vano la gracia. (2Cel 94-95).

Oración

Te prometo, Señor, de hoy en adelante:
no guardar nada “para una ocasión especial”,
porque cada día que vivo
es una ocasión especial.

Pasar más tiempo con las personas que quiero,
comer mi comida favorita
y visitar los sitios que anhelo,
pues la vida es una sucesión de momentos
para disfrutar,
no una competición para sobrevivir.

Vestirme para estar a gusto,
usar mi perfume favorito
y beber en esas copas de cristal que guardo
y sólo saco en ocasiones especiales.

Sentarme en la terraza y mirar, cerca y lejos,
y admirar lo que se me ofrece y contemplo,
a pesar de las nubes, malas hierbas y espinos.

Quitar de mi vocabulario las frases:
“uno de estos días...”, “mañana...”, “quizá...”.
Y no retardar nada que traiga ilusión y gozo
a mi vida y a la vida de los demás.

Buscarte cada día, cada hora, cada minuto...,
porque este momento es esa ocasión especial
que ahora tengo y dispongo,
para estar contigo y ser feliz

Epílogo de la Carta

“Cuando el tiempo se gasta, comienza la eternidad. (H. H. Jackson)

Evangelio diario del mes de agosto de 2019

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes de agosto:

1 Mt 13, 47-53 / 2 Mt 13, 54-58 / 3 Mt 14, 1-12 / 4 Lc 12,13-21 / 5 Mt 14, 13-21 / 6 Lc 9,28b-36 / 7 Mt 15, 21-28 / 8 Mt 16, 13-23 / 9 Mt 25, 1-13 / 10 Jn 12, 24-26 / 11 Lc 12, 32-48 / 12 Mt 17, 21-26 / 13 Mt 18, 1-5.10-14 / 14 Mt 18, 15-20 / 15 Lc 1,39-56 / 16 Mt 19, 3-12 / 17 Mt 19, 13-15 / 18 Lc 12,49-53 / 19 Mt 19, 16-22 / 20 Mt 19, 23-30 / 21 Mt 20,1-16 / 22 Mt 22, 1-14 / 23 Mt 22,34-40 / 24 Jn 1, 45-51 / 25 Lc 13-22-30 / 26 Mt 23,13-22 / 27 Mt 23, 23-26 / 28 Mt 23,27-32 / 29 Mc 6, 17-29 / 30 Mt 25, 1-13 / 31 Mt 25, 14-30

La oración del mes de agosto será el día 29