Sugerencias

 


Notas:

  • La característica principal de la Red Asís es que quiere ser abierta, ofrecerse y multiplicarse. Esa apertura nos corresponde facilitarla a cada una de las personas que formamos parte de la red. Todos/as podemos ser multiplicadores de la Red Asís pensando a quién podemos invitar a inscribirse para recibir esta Carta o acudir a la oración mensual que se celebra los últimos jueves de cada mes a las 19.30 h, en los lugares habituales.
  • Si quieres recibir información sobre la Red Asís o inscribirte para recibir mensualmente esta carta, llama al 646-214896 o envía un mail a redasis@arantzazu.org.

 

Abril de 2018  Número 114

Principio 2. Vida cotidiana: Hacia dentro, humildad

Con uno de los salmos más preciosos rezamos: “Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.” Pero también es cierto que Dios hace brotar en nosotros torrentes de vida que superan nuestras capacidades.

Tema de reflexión

Aceptación y lucha

En la vida se llega a situaciones curiosas, aunque parezcan del todo contradictorias. Por una parte, se llega a experimentar los límites de uno mismo y de los demás en propia carne. No somos tan maravillosos como quisiéramos, ni podremos serlo jamás; no podemos alcanzar todo cuanto quisiéramos, ni mucho menos; las condiciones del entorno no son las más deseables, etc. Somos conscientes de lo que la realidad puede dar y no puede dar en primera persona. Y a la vez, el amor que hemos vivido, que aún nos mueve y nos inspira nos empuja a luchar por lo que parece imposible. No podemos más que seguir en la brecha por la vida, por los demás, por los que amamos, por Dios...

¿Cómo se vive esta contradicción, aparentemente sin solución? Hay dos vertientes por las cuales podemos deslizarnos sin darnos cuenta. Uno es el derrotismo realista del que no espera nada porque la realidad se impone hasta ahogar en nosotros lo más genuino de nuestra vida. Quizá lo adornemos de sabiduría, de elegancia, de literatura... pero la vida ha terminado en nosotros. La otra vertiente nos lleva al voluntarismo asfixiante que avinagra toda la existencia de uno mismo y de los demás. Podemos alzar la voz, revolvernos ante las dificultades, levantarnos haciendo un inmenso esfuerzo de ideas y de ilusión, pero el corazón no está fresco sino resentido, revuelto, envenenado.

Y sin embargo, hay personas que han encontrado el resquicio vital, o se les ha dado el regalo de entrar en una nueva fase en la vida donde sabiendo lo que pueden dar son capaces de elevar su mirada y luchar con un corazón fresco, amante, apasionado. Luchan humildemente, son humildes luchadores porque han aceptado lo que la vida puede dar y son capaces de entregarse del todo con la esperanza de ir más allá. Sabiendo lo que son lo arriesgan todo y así abren la puerta a lo insospechado. Sólo los tocados por Dios en lo más hondo de su corazón dan la vida por los demás. Aceptan la vida y luchan por ella.

Texto evangélico: Lc 13,6-9

Jesús les propuso esta parábola: Un hombre había plantado una higuera en su viña, pero cuando fue a buscar fruto en la higuera, no lo encontró. Entonces dijo al viñador: “Hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno inútilmente? El viñador le respondió: “Señor, déjala todavía este año; yo la cavaré y le echaré abono, a ver si da fruto en lo sucesivo; si no lo da, entonces la cortarás”.

Espiritualidad franciscana

“Además, yo confieso todos los pecados al Señor Dios, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo; a la bienaventurada María, perpetua virgen, y a todos los santos del cielo y de la tierra, al Hermano ministro de nuestra Religión, como a mi venerable señor, y a los sacerdotes de nuestra Orden y a todos los otros mis hermanos benditos. En muchas cosas he caído por mi grave culpa, especialmente porque no guardé la Regla que prometí al Señor... por negligencia, o por mi enfermedad, o porque soy ignorante e indocto... Yo, pues, prometo guardar firmemente estas cosas, según la gracia que el Señor me dé para ello; y se las confiaré a los hermanos que están conmigo, para que las guarden” (CtaO 38-43)

Con palabras sencillas, Francisco reconoce y confiesa su pecado. Lo hace de corazón ante Dios, ante los santos, ante los hermanos, con conciencia de necesitar perdón y ayuda. Pero no se detiene en sus debilidades, sino que desde su verdad vuelve a la entrega y a la promesa; la que él hizo al Señor y la que el Señor le hizo a él. Lo hace unido a sus hermanos y desde la debilidad... lo que pueda, según pueda; mejor, según la gracia que el Señor le dé para ello.

Oración

Dios te dice: ponte en camino hacia el país que yo te enseñaré.
Que no es quedándose quieto que descubrirás la tierra prometida.
Yo te he hecho más libre que a nadie para que tú puedas escoger amar.
Yo soy el Dios que sonríe y que no para de dar la mano.
Yo soy el Dios que se da a los demás.
Anda, no tengas miedo: el mundo está por hacer todavía.
El hombre se ha de construir.
El amor se ha de volver a inventar.
Atravesarás tierras y tierras y ninguna de ellas es todavía la tierra que te he prometido.
Todas son tierras de paso. Pero cuando tú compartas con otro lo que llevas en el zurrón,
cuando tú te expongas por otro, por los demás, haces que la tierra que pisas sea tierra prometida,
porque el signo de la prometida es el Amor

Epílogo de la Carta

“Todo lo puedo en Aquél que me conforta.” (San Pablo)

Evangelio diario del mes de abril de 2018

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes de abril:

1 Jn 20, 1-9 / 2 Mt 28,8-15 / 3 Jn 20,11-18 / 4 Lc 24,13-35 / 5 Lc 24,35-48 / 6 Jn 21, 1-14 / 7 Mc 16, 9-15 / 8 Jn 20, 19-31 / 9 Lc 1,26-38 / 10 Jn 3,5a.7b-15 / 11 Jn 3, 16-21 / 12 Jn 3, 31-36 / 13 Jn 6,1-15 / 14 Jn 6, 16-21 / 15 Lc 24, 35-48 / 16 Jn 6, 22-29 / 17 Jn 6, 30-35 / 18 Jn 14, 6-14 / 19 Jn 6,44-51 / 20 Jn 6,52-59 / 21 Jn 6, 60-69 / 22 Jn 10, 11-18 / 23 Jn 10, 11-18 / 24 Jn 10,22-30 / 25 Mc 16,15-20 / 26 Mt 5,13-16 / 27 Jn 14, 1-6 / 28 Jn 14,7-14 / 29 Jn 15,1-8 / 30 Jn 14, 21-26 /

La oración del mes de abril será el día 26